El primer giro de Isaac: un hito lleno de emoción (y un poquito de susto)

Recuerdo perfectamente la primera vez que Isaac se dio la vuelta.

Estaba tumbado sobre su mantita, tranquilo, con esa mirada atenta que lo caracteriza. Y de pronto, con esfuerzo, curiosidad y determinación… giró.
Pasó de estar boca arriba a boca abajo en un segundo que, para mí, se sintió eterno.

Me emocioné muchísimo. Fue uno de esos momentos que se quedan grabados para siempre. Su primer gran logro físico.
Pero, al mismo tiempo, sentí un pequeño nudo en el pecho: ¿y si no sabía volver?
Porque sí, lo que vino después fue una mezcla de orgullo y miedo.

Durante varios días, Isaac se daba la vuelta, pero no conseguía regresar. Se frustraba, lloraba, y yo tenía que intervenir. En esos momentos, me costaba decidir qué hacer: ¿le ayudo enseguida o espero a ver si lo logra por sí mismo? ¿Estoy haciendo bien? ¿Demasiado? ¿Muy poco?

Empecé a dejarle más tiempo en el suelo, le daba espacio, lo observaba. Le hablaba con calma cuando se frustraba, y le ofrecía mi mano como apoyo. Poco a poco, fue ganando fuerza, confianza… y una enorme sonrisa cuando lo conseguía solo.

Ese pequeño gran hito me enseñó muchísimo.

No solo sobre él, sino también sobre mí como mamá. Aprendí que nuestros bebés crecen a su ritmo, y que cada nuevo paso puede venir acompañado de dudas, miedos y aprendizajes también para nosotras.

Así que, si estás leyendo esto y tu peque está en esa etapa en la que empieza a girarse, pero aún no sabe volver… te entiendo.
Es normal sentir miedo. Es normal querer intervenir. Pero también es importante confiar.

Acompañar no siempre significa intervenir. A veces basta con estar ahí, cerca, disponible, tranquila.

Nuestros bebés están descubriendo su cuerpo y sus capacidades, y cada pequeño avance es una conquista.
Y nosotras, como mamás, también estamos creciendo con ellos, aprendiendo a soltar poco a poco, a confiar en su fuerza… y en la nuestra.

Con amor, 

Mamá de Isaac

No estás sola

A veces, la maternidad puede sentirse solitaria, pero no tienes que cargar con todo en silencio. Aquí tienes un espacio seguro para compartir lo que sientes, sin juicios, sin miedos. Porque lo que vives, otras mamás también lo han sentido. Escribiendo tu historia, puedes ayudar a alguien más a sentirse comprendida.

Scroll al inicio