Depresión posparto: cuando la tristeza me sorprendió
Pensé que todo iba bien… mi bebé crecía sano, yo me sentía fuerte, cansada sí, pero feliz.
Estaba orgullosa de cómo estaba llevando esta nueva vida. Había días buenos, días agotadores, pero ya todo me parecía parte del viaje.
Y de pronto, sin ninguna razón aparente, algo cambió. Yo no me esperaba nunca tener depresión. No lo vi venir. Empecé a llorar sin motivo. Lloraba en cualquier momento del día, y me sentía agotada de una forma que no era solo física, era emocional. Sin embargo, seguía disfrutando de mi bebé. Jugábamos, nos reíamos, él me hacía sonreír incluso cuando por dentro me sentía frágil.
Ya había pasado por alguna depresión antes, así que en el fondo reconocía esa sensación. Y por eso supe que tenía que actuar pronto.
Le hablé a mi pareja. Le conté exactamente lo que estaba sintiendo, y su reacción fue la mejor posible. Le pedí que no hiciera nada extraordinario, solo que estuviera allí, presente. Y solo saber que estaba a mi lado me ayudó muchísimo a nivel emocional.
También hablé con mis amigas. Les conté con sinceridad lo que me estaba pasando. Y me apunté al gimnasio. Aprovechaba los ratitos en los que el bebé dormía y mi pareja estaba en casa para escaparme 40 minutos y mover el cuerpo. Era como volver a mí misma poco a poco.
Además, estaba tomando la minipíldora, y sentí que quizás me estaba afectando hormonalmente. Decidí dejarla, y ese mismo día noté una mejoría, aunque no sé si fue real o mental, pero me aferré a esa luz.
A las dos semanas de haber hablado con mi marido, de moverme un poco, de dejar la minipíldora y de abrirme a las personas que quiero, sentí que algo dentro de mí volvía a encajar. Y desde entonces han pasado ya dos meses.
No volví a sentirme igual de triste. Y por eso escribo esto: para decirte a ti, que quizás te estás sintiendo rara, llorosa, agotada, que no estás sola. Que puedes estar viviendo una tristeza profunda sin dejar de ser una buena madre. Que pedir ayuda funciona. Y que poco a poco, también tú volverás a sentirte bien.
No estás sola
A veces, la maternidad puede sentirse solitaria, pero no tienes que cargar con todo en silencio. Aquí tienes un espacio seguro para compartir lo que sientes, sin juicios, sin miedos. Porque lo que vives, otras mamás también lo han sentido. Escribiendo tu historia, puedes ayudar a alguien más a sentirse comprendida.